viernes, 17 de julio de 2015

El holocausto nuclear

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry S. Truman, efectuados el 6 y el 9 de agosto de 1945. Ambos ataques fueron experimentales porque se desconocía el efecto que podían causar.
La bomba lanzada sobre Hiroshima, llamada “little boy”, media 3 metros de largo y pesaba 4,5 toneladas, está se generó en secreto por parte del ejercito de USA y se la lanzó desde el avión llamado “Enola gay”. La misión era soltarla sobre una de las tres posibles ciudades japonesas. La pólvora se colocó luego del despegue por precaución y luego se cambiaron los fusibles para completar el circuito eléctrico. Se eligió a Hiroshima por el papel de centro de comunicación, porque era zona de concentración y porque el 80 % de la población eran civiles; el otro factor determinante era la visibilidad, por lo que iban otros aviones adelantes. La gente pasaba un día cualquiera, iba al colegio o trabajo o barría las calles para  hacer de cortafuegos. El avión no llamó la atención porque se asemejaba a un avión meteorológico y entonces la gente no se refugió y simplemente lo observó. El blanco de lanzamiento en esa ciudad fue el puente Aioi, fue arrojada a las 08:15 horas de Hiroshima y alcanzó en 55 segundos la altura determinada para su explosión, aproximadamente 600 metros sobre la ciudad. Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. En minutos, una columna de humo color gris-morado con un corazón de fuego se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura.
Los principales efectos de la bomba inicial fueron el destello térmico, las personas que recibieron esta quedaron carbonizadas en los primeros segundos  y la onda expansiva. Lo primero que se pudo observar fue una bola incandescente y luego una lluvia de carbón que sumo más al caos. Básicamente arrasó la ciudad en menos de 10 segundos. Las altas temperaturas fusionaron casi todo a su alcance. La diferencia entre la vida y la muerte dependía de la distancia a la zona cero, otras miles de personas quedaron enterradas por la basura. Dañó más de 77% de las construcciones de la ciudad, a más de 5 kilómetros hubieron grandes daños en todas direcciones. La detonación en el aire de esta bomba no fue al azar sino que aumentó su capacidad destructiva. Además de la muerte de miles de civiles, la radiación quedó en el aire y el agua durante años generando casos de leucemia y cáncer entre la población; la destrucción del ambiente, los efectos sobre el clima, hizo que se pierdan cultivos y han provocado cambios en el ecosistema marino del que tanto dependen los japoneses.
Tres días después se hace otro bombardeo, esta vez sobre Nagasaki muriendo 45 mil personas más.
 A partir de ese entonces se trató de firmar acuerdos entre países para la no proliferación de armas nucleares a fin de frenar la escalada mundial de este tipo de armamento. Marcaron el comienzo de la etapa del peligro nuclear. Desencadenó una competencia por el armamento nuclear y la sofisticación. Como se esperaba pudieron sacar conclusiones del efecto causado. Los norteamericanos esperaban la rendición inmediata de Japón, lo que no sucedió por la característica de la sociedad de nunca rendirse e intentar recuperarse siempre.  Los japoneses terminan rindiéndose semanas después. Como símbolo de paz se dejo en pie un centro de exposiciones sobre el cual estaría la zona 0.

Los argumentos que se manejaban de la realización de estos ataques fue que no iban a haber tantas muertes como si la guerra hubiese seguido, porque en la sociedad japonesa el honor es uno de los valores más importantes por lo que seguirían luchando, en definitiva  ponerle fin a la guerra. También se planteaba reducir la resistencia japonesa en la lucha de hombre a hombre, porque no querían llegar a tener que pedirles favores a los rusos. Otros afirmaban que fue en vano porque los japoneses ya estaban dispuestos a rendirse debido al bloqueo marítimo y a los bombardeos efectuados con armas convencionales.


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